Decía Michel Godet que se podría considerar a la Prospectiva y a la Estrategia como dos amantes. Son disciplinas separadas pero íntimamente unidas. También podríamos pensar que este aserto sólo puede provenir de un francés, pero la expresión no deja de ser afortunada. No se entiende un estratega que no escudriñe a lo lejos y no se puede entender una prospectiva realizada sin un motivo determinado que no acabe conduciendo, a la postre, a la estrategia.
Es muy difícil imaginar que a todos los medios de comunicación españoles se les haya pasado la noticia “Rusia apuntará sus misiles nucleares hacia España”. Una noticia así sería portada en cualquier medio serio, en cambio, aquí no ha merecido mayor atención que, si acaso, unas líneas escondidas en la sección de internacional en zona poco visible. ¿Incapacidad profesional manifiesta? Imposible. No hay otra explicación racional que la de ocultar deliberadamente a los españoles las nefastas consecuencias de acceder a las pretensiones norteamericanas de instalar en Cádiz uno de los nodos del nuevo sistema antimisiles con el que EEUU pretenden conseguir una ventaja estratégica sobre Rusia, aunque la excusa sean “los misiles iraníes”.
En las últimas semanas, las fuerzas insurgentes en varios países se han visto obligados a retirarse de los territorios que alguna vez tuvieron. Al Shabaab de Somalia, que fue expulsado de Mogadiscio en octubre de 2011, fue expulsado de Afmadow el 30 de mayo. El grupo ahora corre el riesgo de perder el control una vez más de la ciudad portuaria de Kismayo, un importante centro logístico y financiero a al-Shabaab.
Al cabo de varios meses de agresiones contra Siria y del gasto de miles de millones de dólares, el balance de las operaciones no es malo en el plano mediático pero sí resulta mediocre en el plano militar. Peor aún, el compromiso de los chinos, los rusos y los iraníes a favor de la seguridad de Siria y del derecho internacional indica que el costo de una guerra acabaría hundiendo las economías de quien se deje arrastrar a ella. Quienes pretendan hacer creer que una implicación militar directa de sus países en la región no sería más que una simple «intervención» son totalmente inconscientes o responden a una agenda verdaderamente irracional.
Islandia, comienza a ver la luz. Ya mostraron hace meses una alternativa para salir de la crisis, que parece que está funcionando. Una salida tan distinta a la adoptada por el Gobierno español que merece la pena prestarle atención. Para ello, dejamos este artículo de un prestigioso economista y comunicador, Juan Laborda, sobre la alternativa islandesa
El ministro de Defensa, Pedro Morenés, ha vuelto a demostrar su escaso conocimiento de los aspectos humanos y organizativos de la institución militar. Quienes le conocen bien, dicen que de las Fuerzas Armadas sólo le interesan sus suministros industriales, la parafernalia y el adorno de los uniformes de mayor rango, que cuanto más adornados de entorchados y medallas estén, más le ponen.
Tras darse noticia en esta misma web (10/06/2012) del nacimiento de una curiosa “Asociación de Ex Miembros del Servicio de Inteligencia Español (AEMSIE)”, ya opinamos de forma crítica sobre el tema en un artículo titulado “Los ‘culturetas’ de la Inteligencia”. En él cuestionamos alguno de sus principales objetivos y advertíamos que, al igual que sus asociados mantenían una legítima campaña de auto propaganda, nosotros estaríamos encantados de seguir debatiendo el tema.
Hace tres semanas, el profesor e historiador norteamericano David Spengler publicaría una carta abierta en TheAsian Times dirigida a su persona, en la que la pedía “que dejara caer a España”, y explicaba las razones, que iban desde la incompetencia, el despilfarro y la corrupción generalizadas del Gobierno y particularmente de las administraciones territoriales, donde nadie controla nada y nadie responde de nada, lo que implica una asignación del grueso de los recursos públicos (45 % del PIB) en forma tan disparatada e ineficaz que supera todo lo imaginable. Adicionalmente, según el Dr. Spengler, el Gobierno miente en todo: sobre su situación económica, sobre la bancaria y sobre la fiscal. Su deuda y los intereses son ya inasumibles y, en consecuencia, somos insalvables.
En septiembre de 2008 Islandia se enfrentó al mayor descalabro bancario que se recuerda en Europa. Tras la quiebra de Lehman Brothers, sus tres principales bancos colapsaron y fueron nacionalizados. El país estaba en bancarrota y se enfrentaba al pago de una deuda millonaria contraída por sus bancos con otros países europeos, principalmente Gran Bretaña y Holanda.
El domingo 10 de junio se daba noticia en esta misma web del nacimiento de una curiosa “Asociación de Ex Miembros del Servicio de Inteligencia Español (AEMSIE)”. El tema se trataba con tanta objetividad que incluso se reproducía íntegramente el artículo de presentación publicado al respecto por uno de sus promotores, el general Ricardo Martínez Isidoro.