"Un ejército sin espías es como un hombre sin ojos y sin oídos"
Chia Lin, citado por el maestro Sun Tzu en "El arte de la guerra"
Ramón Martínez
Hace aproximádamente una década se publicó en el sitio de divulgación científica SoloCiencia una noticia sorprendente titulada “Escuchar voces en su cabeza puede ser bueno” y que trataba de un estudio de investigadores holandeses que descubrieron que muchas personas sanas de la población de los Países Bajos escuchaban "voces" regularmente. Lo sorprendente es que muchas de las personas afectadas por estos síntomas que tradicionalmente se han atribuido a una grave enfermedad mental “describen sus voces como ejerciendo una influencia positiva en sus vidas, confortándoles o inspirándoles mientras se desenvuelven en su vida diaria”. Naturalmente hay otras personas que escuchan voces hostiles que les causan un gran malestar.
El control de los medios de comunicación hace que la gente al leer estas noticias ni se plantee que este fenómeno que, desgraciádamente, parece ser que es cada vez más frecuente, pueda deberse a una intrusión gravísima por parte de poderes ilegítimos que controlan el Estado ejerciendo en la clandestinidad unas vejaciones que las víctimas perciben como “voces en la cabeza”. La sospecha de que pueda tratarse de intrusiones ilegales está basada en la ya amplia bibliografía aportada con anterioridad en otros artículos como “Voces en la cabeza”, “Telepatía artificial” y “Telepatía artificial en Facebook” que demuestran la existencia de tecnologías avanzadas en neurociencias que se desarrollan paralelamente al número de denuncias del uso ilegal de estas.
Llama la atención la forma en la que muchos ciudadanos de los Países Bajos aceptan positivamente intrusos en sus cabezas por el hecho de ser amables al “confortarles” e “inspirarles” sin preguntarse seriamente de donde proceden las voces en realidad. Muy distinta ha sido la reacción de ciertas víctimas suecas, que han creado sitios en Internet con abundante información sobre el peligro que corre la sociedad a causa del desarrollo y uso clandestino de tecnologías para controlar la sociedad mentalmente, como por ejemplo esta víctima de los años 1990 y esta otra víctima de 2010.
En España unos grupos de investigación en psiquiatría integrados en Cibersam, dependiente del Instituto de Salud Carlos III, intentan inundar internet con su versión de que “voces en la cabeza” solo puede deberse a una enfermedad mental, con la intención de “ayudar” a los “enfermos” y a sus familiares. No fue ninguna sorpresa para mí cuando al indagar un poco pude averiguar que el Instituto de Salud Carlos III está ligado a la Universidad de Navarra del Opus Dei. Y no es necesario comentar la honestidad del Opus Dei en temas de Psiquiatría si recordamos el artículo sobre la cuarta planta de la clínica del Opus. Además está demostrado que la psiquiatría en Occidente está en gran parte al servicio de la corrupción.
La ambición de controlar a la sociedad mentalmente no es una novedad y lo que se consiguió por medio de la religión en tiempos antiguos, se pretende conseguir en tiempos modernos con tecnología. Orwell, Huxley, etc. son solo algunos de los autores que han intentado advertir irónicamente sobre el peligro de sociedades controladas mentalmente. El Doctor José Delgado dio un paso adelante cuando en 1 969 publicó el libro El control físico de la mente: Hacia una sociedad psicocivilizada que no trataba en absoluto de ficción sino de neurociencias aplicadas. Curiosamente el Doctor Delgado estuvo ligado a la CIA y también al Opus Dei para quien trabajó al ser invitado por el ministro Villar Palasí.
Algunos que se las dan de “racionales” y “científicos” niegan categóricamente que puedan existir estas tecnologías, sin saber exactamente en qué consisten los fundamentos de las prótesis actuales que funcionan interpretando la ondas cerebrales, o incluso sin comprender cual es la relación entre las ondas que emiten sus cerebros y las sensaciones que experimentan.
Noticias como esta sobre hackers de las ondas cerebrales no son para tomarlas con indiferencia porque suponen un verdadero peligro que puede condicionar nuestras vidas muy seriamente. Lo paradójico es que la noticia mencionada avisa de un peligro inminente de un futuro muy cercano, cuando en realidad hace décadas que existen multitud de denuncias sobre este tema.
Pero poco se puede hacer contra un control tan enorme de los medios de comunicación que condiciona a la mayoría de los ciudadanos sobre que deben pensar de ciertos temas que afectan a su propia seguridad y a la de sus familias.
Lar palabras subrayadas son enlaces a fuentes de información.
¡ATENCIÓN!