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MOSCÚ (Sputnik) — Las autoridades turcas detuvieron a los dos pilotos turcos que derribaron en noviembre del año pasado el avión ruso Su-24, informó la agencia Bloomberg citando a un funcionario de alto rango de Ankara.

"Los dos pilotos turcos que derribaron el Su-24 ruso junto a la frontera siria fueron arrestados", informó la fuente, que insistió en su anonimato.

Las relaciones entre Moscú y Ankara se deterioraron después de que un caza turco abatiera el 24 de noviembre de 2015 un avión militar ruso Su-24 que retornaba a su base tras bombardear instalaciones terroristas en Siria, lo que el presidente Vladímir Putin calificó como una "puñalada por la espalda" ordenando al Gobierno imponer restricciones económicas a Turquía.

La tensión empezó a amainar a finales de junio pasado, después de que el mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, se disculpara por el derribo del avión, cumpliendo una de las condiciones de Rusia para la normalización de las relaciones.

En una conversación telefónica, Putin y Erdogan acordaron proceder al restablecimiento de la cooperación.

Turquía cierra el espacio aéreo para los aviones militares de Estados Unidos

El Pentágono dijo que los funcionarios turcos habían cerrado el espacio aéreo en torno a una base aérea turca desde la cual, la coalición liderada por EE.UU. lanzaba ataques aéreos contra el Estado Islámico.

"Las autoridades turcas han detenido todos los vuelos dentro y fuera de la base aérea de Incirlik en la parte suroeste de la nación. Las misiones de sobrevuelo de aviones estadounidenses y de la coalición contra el Estado Islámico de Irak y el Levante desde la base", dijo el portavoz del Pentágono, Peter Cook en un comunicado.

"Los funcionarios estadounidenses están trabajando con los turcos para reanudar las operaciones aéreas de allí tan pronto como sea posible", dijo Cook, añadiendo que todo el personal militar y civil de Estados Unidos allí estaban “sanos y salvos”.

El peligro nuclear de la base de la OTAN en Turquía

Tras el intento fallido de golpe de estado en Turquía para derrocar a Recep Tayyip Erdogan hemos conocido la noticia de la desaparición de 42 helicópteros de combate en la base aérea de la OTAN en Incirlik lo que hace crecer el temor de que pueda producirse otro intento de golpe militar en Turquía.

Pero hay un dato mucho más preocupante, del que de momento se está hablando más bien poco. En la base aérea de Incirlik, utilizada por la OTAN para “atacar” a Estado Islámico en Siria, había almacenadas más de 80 armas nucleares tácticas y más concretamente, bombas nucleares tácticas B-61, propiedad de los EEUU.

 

Sí se sabe que en las primeras horas del golpe, fue cortada la energía eléctrica en dicha base, y que en esas primeras horas, el gobierno de EEUU pidió a su personal que se mantuviera alejado de dichas instalaciones por su propia seguridad.

Poco más se supo sobre lo que aconteció allí, durante esos primeros momentos del golpe militar, salvo que las autoridades turcas cerraron el espacio aéreo alrededor de la base y  el gobierno turco detuvo a una decena de militares golpistas en la base, incluido en comandante en jefe.

El hecho es que hay gran cantidad de dudas inquietantes acerca de lo sucedido en la base de Incirlik, ¿cómo se explica que hayan desaparecido 42 helicópteros sin dejar rastro? ¿Dónde están estos helicópteros y quién se los llevó de la base de Incirlik? ¿Qué tipo de helicópteros eran? Y sobre todo, a la luz de las mentiras y contradicciones, ¿qué garantía hay de que dichos helicópteros no se llevaron algunas de las cabezas nucleares tácticas almacenadas en la base?

 

Turquía amenaza con ‘revisar amistad’ con EEUU si no extradita a Gülen

Turquía revisará su relación de cooperación estratégica con EE.UU. si Washington no extradita al líder de la oposición Fethulá Gülen.

Así ha advertido este lunes el primer ministro turco, Binali Yildirim, en respuesta a las declaraciones del secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, quien ha dicho que su país pide una solicitud formal a Turquía para extraditar a Gülen, acusado de ser el "cerebro" de la intentona golpista.

Si nuestros amigos, a pesar de todo, siguen exigiendo pruebas (…) es posible que en el orden del día se plantee la necesidad de revisar nuestra amistad", ha alertado el primer ministro turco, Binali Yildirim.

Al respecto, el premier turco ha alertado que "si nuestros amigos, a pesar de todo, siguen exigiendo pruebas (…) es posible que en el orden del día se plantee la necesidad de revisar nuestra amistad".

En esta línea, Yildrirm ha puesto de relieve que la mayor evidencia que justifica la petición de Ankara a EE.UU. para la extradición del líder opositor turco, es el fallido golpe de Estado militar lanzado el pasado 15 de julio y en el que al menos 290 personas han muerto y 1440 han resultado heridas.

Ha declarado que la solicitud de “más pruebas” por parte de Washington decepciona al Gobierno de Ankara, ya que, a su juicio, "la prueba (necesaria para extradición) es un grupo intentando acabar con la democracia en el país" euroasiático.

Igualmente, ha dejado claro que cualquier país que “da refugio” al líder opositor turco –exiliado en el estado estadounidense de Pensilvania desde el 1999– se considera como un “enemigo” de Turquía.

Gülen, al que el mandatario turco considera un ‘enemigo declarado’, ha asegurado que no sabe quién estuvo detrás de la intentona golpista del viernes, si bien no descarta que sea obra del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, para reprimir a sus opositores.

El primer ministro turco luego de asegurar que el Gobierno turco responderá “dentro de la ley” a los organizadores del intento de golpe, ha dicho que todos los perpetradores serán juzgados.

Ha añadido que aquellos que intentaron derrocar el Gobierno democráticamente electo de Ankara tendrán que rendir cuentas por sus crímenes, sin embargo, ha dicho que Turquía no actuará en base a las emociones o por motivos vengativos.

Asimismo, ha destacado que todos los políticos, independientemente de su partido, han mostrado su apoyo a los ciudadanos que salieron a las calles para protestar contra la tentativa de golpe de Estado y ha agradecido el respaldo nacional a la democracia.

Erdogan habría sido asesinado de quedarse en el hotel 10 minutos más

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha declarado que habría sido asesinado durante el intento de golpe militar si hubiera demorado 10 minutos su salida del hotel donde se hospedaba en la ciudad de Marmaris, informaRIA Novosti. "En Marmaris se llevó a cabo una operación contra mí", ha señalado el mandatario. "Dos de mis guardias fueron asesinados, si hubiera tardado 10 o 15 minutos más en irme me habrían matado o secuestrado".

Recep Tayyip Erdogan se encontraba veraneando en un hotel de Marmaris, en el suroeste de Turquía, que fuebombardeado por los militares golpistas poco después de que el mandatario saliera del edificio.

La Inteligencia turca se enteró del plan golpista varias horas antes

Ankara, (Sputnik). - El servicio de inteligencia turco, MIT, supo con varias horas de antelación que habría un intento de golpe de Estado en la noche del 15 de julio y pudo avisar a la cúpula del Estado Mayor, informó el martes la prensa local.

El MIT se enteró del plan golpista a las 16.00 hora local (13.00 GMT), dijo al canal de televisión una fuente del servicio secreto. A las 16.30, el director del MIT avisó al subjefe del Estado Mayor. A las 18.00 se celebró en el Estado Mayor una reunión cuyas decisiones fueron comunicadas a las 18.30 a todas las unidades militares.

En particular, se emitieron las órdenes de cerrar el espacio aéreo de Turquía, prohibir las salidas de aviones de guerra y controlar los movimientos de equipos militares.

En un principio, los golpistas planeaban empezar su motín a las 03.00 de la madrugada del 16 de julio, pero lo adelantaron varias horas cuando su plan había dejado de ser un secreto.

Análisis: El bloque euroasiático en Turquía: Erdogan y los kemalistas contra Gülen y los EEUU

El 15 de julio, alrededor de las 23:00, la prensa informó de un golpe de estado militar en Turquía. En Ankara, se oyeron disparos y había aviones militares y helicópteros sobre la ciudad. En cuestión de minutos, el primer ministro turco Yildirim anunció un intento de golpe militar. Los principales aeropuertos del país se cerraron y muchos vuelos se retrasaron ​​o cancelaron. Alrededor de la medianoche, fue impuesta la ley marcial en el país. Los acontecimientos rápidamente se desarrollaron. los medios de comunicación del mundo, bajo el control de las élites globalistas, empezaron a cubrir los acontecimientos como si los rebeldes casi hubieran tenido éxito. Los medios de comunicación difunden activamente los rumores de que el presidente Erdogan, según se informaba, había huido del país.

De hecho, el presidente estaba dispuesto a luchar hasta el último minuto, e instó al pueblo turco a salir a las calles para defender la democracia:  "Espero a toda nuestra gente en las calles, en las plazas. No creo que los que intentaron el golpe hayan alcanzado su objetivo, y ellos sufrirán el castigo más severo", dijo el presidente turco. Cientos de miles de ciudadanos turcos salieron a la calle. A eso de las dos de la mañana, el primer ministro Binali Yildirim dijo que los instigadores del golpe fueron detenidos. El portavoz de la inteligencia turca, Nuh Yilmaz, confirmó esta noticia.A eso de las cuatro de la mañana, Erdogan se dirigió a la nación y señaló directamente a los instigadores del golpe de Estado.

Amotinados dirigidos desde los Estados Unidos

El intento de golpe militar fue llevada a cabo por los partidarios del líder islamista Fethullah Gülen y su movimiento "Khizmat". Gülen vive en Pennsylvania, en los Estados Unidos, y coopera con las agencias de inteligencia de los EE.UU.. Es conocido como el principal oponente de Erdogan, antes su aliado. Fueron las estructuras de Gülen las que estaban detrás del notorio caso "Ergenekon", cuando miles de militares de alto rango fueron enviados a la cárcel, incluyendo toda la cúpula del Estado Mayor turco.

La red de Gülen actuó por órdenes de los EE.UU. una vez que los altos mandos Kemalistas, cuyo ideólogo es el destacado político Dogu Perincek, plantearon la cuestión de acelerar radicalmente el curso del acercamiento de Turquía con Rusia, Irán y China, e incluso salir de la OTAN. La estructura de Gülen penetró hasta el escalón más alto de los servicios gubernamentales y de inteligencia. Erdogan entiendó el peligro de esta secta sólo en el último momento, cuando los gulenistas, una vez más a las órdenes de los Estados Unidos, intentaron llevar a cabo una revolución de color en la plaza Taksim, tratando de unir a Kemalistas, liberales y todo aquel que se opone a Erdogan. Las purgas siguientes, sin embargo, no liquidaron toda la estructura.

El intento de golpe militar pro-estadounidense se hizo en el mismo momento en que Erdogan cambió su curso en la política exterior y comenzó a construir una alianza estratégica a lo largo del eje de Ankara-Moscú, incluyendo el cambio de su posición sobre el tema sirio. Con el fin de evitar la creación de un eje euroasiático Ankara-Moscú, los EE.UU. trataron de organizar un golpe de estado recurriendo a sus redes (el movimiento "Khizmat" y los partidarios del líder islamista Gülen, residente en los Estados Unidos y que coopera activamente con las agencias de inteligencia de los Estados Unidos).

Un factor importante que incitó a los conspiradores a la acción decisiva fue la divulgación previa de la red de partidarios de Gülen en las fuerzas armadas de Turquía. Una semana antes, se inició una investigación sobre la mayoría de los participantes en el motín que involucraba principalmente a oficiales de nivel medio de la Fuerza Aérea y la Gendarmería. Se les acusó de crear una estructura paralela ligada a Gülen y por lo tanto a sus comisarios estadounidenses. Las agencias de inteligencia de Estados Unidos dieron luz verde a un golpe de Estado con el fin de evitar la liquidación efectiva de sus redes. A juzgar por las acciones de los rebeldes, que bombardearon la residencia del Presidente, la tarea incluía, como mínimo, la eliminación física del presidente y del primer ministro. De esta manera, incluso en el caso del fracaso del golpe, el pro-estadounidense Ahmet Davutoglu tendría la mejor oportunidad de llegar al poder, siendo el único líder fuerte y popular que quedaría en el Partido de la Justicia y el Desarrollo.

La Fuerza Aérea de Turquía es la rama más pro-estadounidense de los militares turcos. El intento de golpe también revela la existencia de la red de Gülen en la Fuerza Aérea, responsable de arruinar las relaciones ruso-turcas, como ya explicó anteriormente Katehon. Según el alcalde de Ankara, Melih Gökçek, entre los militares que organizaron el motín "se encontraba el hombre que estuvo involucrado en el incidente con el Su-24 ruso". Según algunas fuentes, el piloto era miembro de la "banda" de Gülen, conocido como el "estado paralelo".

El alcalde de la capital de Turquía declaró: "Fue este estado paralelo el que estropeó nuestras relaciones con Rusia. Estoy diciendo al cien por cien que uno de los pilotos de esta estructura fue el que participó en el incidente [con el Su-24]. Fue uno de los participantes del golpe. Hasta hoy, hemos mantenido esto entre nosotros mismos y no lo hemos anunciado. Pero yo, Melih Gökçek, digo que fueron estos sinvergüenzas quienes estropearon nuestras relaciones con Rusia".

Sin embargo, el intento de golpe fracasó. Podemos predecir una escalada de la tensión entre los EE.UU. y Turquía, ya que Turquía puede plantear la cuestión de la retirada de la OTAN. Cabe esperar el desarrollo de la asociación estratégica con Rusia.

El fallido golpe ha marcado un cambio en el equilibrio en la élite turca. Anteriormente, se podía dividir en tres grupos principales: los kemalistas, compuestos sobre todo por los círculos militares (que estaban en contra de que se iniciara el caso Ergenekon), los seguidores de Gülen, y los islamistas moderados de Erdogan. Tras la renuncia de Ahmet Davutoglu y el cambio de rumbo geopolítico de Turquía hacia el acercamiento con Rusia y Siria, las posiciones de política exterior de Erdogan y sus aliados se iban a acercando a los kemalistas. El hecho de que el alto mando militar y la mayor parte del ejército no apoyaran el motín evidencia de la formación de una alianza entre Erdogan y los kemalistas. La geopolítica juega un papel importante aquí. Los gulenistas seguramente intentaron alistar a los partidarios del nacionalismo secular turco al mismo tiempo que abandonaban las diferencias en la política interna. Pero la geopolítica demostraron ser más importante.

Es significativo que en esta situación, el pueblo turco apoyó casi unánimemente al no demasiado popular Erdogan porque sus oponentes traían consigo el fin inevitable de Turquía, al igual que cualquiera que no trabaja por los intereses nacionales, sino por los intereses de la moribunda hegemonía de los EE.UU.

Fuente: Katehon

 

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