"Un ejército sin espías es como un hombre sin ojos y sin oídos"
Chia Lin, citado por el maestro Sun Tzu en "El arte de la guerra"
En una entrevista concedida recientemente a la revista de la Fundación de Víctimas del Terrorismo (FVT), el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, afirma que ve difícil nuevos atentados de ETA porque, en su opinión, “está derrotada”, y “también porque su masa social le está pidiendo que se disuelva”. Una declaración que ha causado un notable malestar en medios de los Cuerpos de Seguridad del Estado vinculados a la lucha contra ETA.
Esta afirmación triunfalista, ha sido calificada de imprudente y, en todo caso, de innecesaria,por altos mandos tanto de la Policía como de la Guardia Civil. La realidad es que la propia matización de Fernández Díaz, advirtiendo a renglón seguido que “esto no quiere decir que pueda surgir un grupo dispuesto a empuñar de nuevo las armas, pero se encontraría sin el apoyo social que durante tantos años ha justificado sus atentados”, no deja de evidenciar todas las dudas que se mantienen al respecto.
En ese mismo sentido, también es significativa la prudencia con la que el propio Ministerio del Interior comienza a desmontar su programa de escolta a las personas amenazadas por ETA en el País Vasco y Navarra. Todavía se mantendrá aproximadamente en un 50 por 100, afectando a los objetivos potenciales de ETA más significados, evidenciando cierta incoherencia con la suposición de que la banda terrorista está realmente “derrotada”.
En cualquier caso, la afirmación del actual ministro del Interior también se enfrenta a la opinión de su compañero de partido Jaime Mayor Oreja, antiguo titular del mismo Departamento que no deja de vaticinar nuevos atentados mortales de ETA tras las próximas elecciones vascas, previstas para marzo de 2013.
Dentro del CNI se siguen manteniendo serias dudas sobre la derrota de la organización terrorista y sobre su voluntad de no volver a matar. Por otra parte, es evidente que la banda terrorista no está desarmada, que sus miembros más agresivos siguen reivindicando sus objetivos históricos, incluso ante los tribunales que vienen juzgando a algunos de ellos, y que los atentados con objetivos de “fortuna”, muy habituales en otras épocas, requieren por desgracia pocos medios y apoyos logísticos.
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