"Un ejército sin espías es como un hombre sin ojos y sin oídos"
Chia Lin, citado por el maestro Sun Tzu en "El arte de la guerra"
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• En pleno ejercicio de sus funciones, y con mayoría absoluta en el Parlamento, el Gobierno de Mariano Rajoy no puede desentenderse de la precariedad y amenazas que soporta el vigente modelo de Fuerzas Armadas
• La crisis económica y los últimos desatinos normativos en materia de Defensa Nacional, exigen una rectificación rápida e inteligente en la deriva del sistema
EDICIÓN 26/03/2012
En esencia, el último programa electoral del PP en materia de Defensa Nacional y Fuerzas Armadas se centra en unas pocas cuestiones básicas que, de entrada, merecen unos primeros comentarios.
En principio, parece que el Gobierno presidido por Mariano Rajoy frenará los recortes presupuestarios aplicados en la precedente etapa socialista, que han llegado a un 16 por 100 acumulado durante los tres últimos presupuestos, tarea de difícil encaje en la actual situación de crisis.
Por un lado, el Gobierno tendrá que considerar las crecientes exigencias que soportan las Fuerzas Armadas en base a los compromisos internacionales adquiridos por España y sus ineludibles misiones en teatros de operaciones remotos, incluyendo su participación en lasguerras de Afganistán y Libia, las operaciones contra la piratería en el Índico o el despliegue realizado en la frontera entre Israel y El Líbano. Pero, por otra parte, también se reconocen las deudas contraídas con la industria de defensa (unos 26.000 millones de euros), con una política de dotaciones poco racional e insostenible en su actual volumen, que lastra el futuro de la Defensa Nacional en un horizonte de 25 años.
Esta “situación crítica”, además de dañar seriamente la imagen y el peso de España en el concierto internacional, obliga también a abordar el problema con sentido de Estado y a generar un amplio acuerdo de comprensión presupuestaria en el ámbito parlamentario. Ello con independencia de las medidas correctoras que se deban introducir sobre el planeamiento de las capacidades, en el sostenimiento de los programas de modernización de los sistemas de armas y en la planificación del gasto a largo plazo, para reconducir las peligrosas derivas a las que se ha llegado y evitar su reproducción.
Disponer de las fragatas más modernas del mundo, preparadas incluso para integrarse en el sistema antimisiles de la US Navy, o de carros blindados pesados de última generación sin escenarios adecuados para su despliegue, choca en efecto de forma brutal y paradójica, por ejemplo, con la carencia de patrulleros para vigilancia y control de costas y de sencillos transportes terrestres necesarios en los conflictos bélicos en los que de hecho participan nuestras Fuerzas Armadas. Un desajuste, por no decir desbarajuste, entre las misiones, los medios asignados para desempeñarlas y algunos de los innecesarios recursos disponibles, ciertamente insostenible y que afecta profundamente al tamaño, calidad y capacidad operativa de las Fuerzas Armadas, y por supuesto a la seguridad de sus efectivos…
Otro objetivo básico del PP será solucionar los graves problemas generados durante la etapa socialista con la reforma de la carrera militar y el nuevo modelo de enseñanza castrense, iniciativasque, justo es reconocerlo, también recibieron en su momento el equivocado apoyo parlamentario del partido que hoy respalda al Gobierno de la Nación.
Las consecuencias del nuevo del nuevo modelo de Fuerzas Armadas aplicado por la ministra Carme Chacón, ha llevado a miles de oficiales y suboficiales a presentar recursos por sentirse perjudicados en las nuevas escalas y a que la propia Ley de la Carrera Militar esté pendiente de un fallo del Tribunal Constitucional. Además,la reforma de la enseñanza militar, que ahora obliga a cursar una ingeniería civil al mismo tiempo que se sigue la formación castrense, ha conllevado el descalabro de que los Colegios de Ingenieros no reconozcan los títulos refrendados por el Ministerio de Defensa (al del Ejército del Aire le faltan el 40 por 100 de las materias que se dan en los centros universitarios civiles) y los abandonos y suspensos masivos de la primera promoción de la Academia General Militar afecta al nuevo sistema: un 22 por 100 de los cadetes abandonó la Academia por falta de vocación militar, mientras el 40 por 100 de los que permanecieron tras su ingreso suspendían en las asignaturas de ingeniería…
La Defensa Nacional,incluyendo por supuesto los compromisos de ámbito internacional ya suscritos por España, requieren obviamente unos recursos mínimos, insoslayables a pesar de los efectos restrictivos que la crisis económica ha impuesto también en los presupuestos del Ministerio de Defensa. Una necesidad de difícil satisfacción por parte del Gobierno, que impone reconsiderar algunos aspectos funcionales y de organización de las Fuerzas Armadas, que nada aportan a su eficacia ni a una política de Defensa actualizada, y al mismo tiempo revisar buena parte de la normativa aflorada recientemente con escasa meditación y ciertamente alejada, cuando no entorpecedora, de sus responsabilidades más sustanciales.
Al margen de los principios generales sobre Defensa Nacional y Fuerzas Armadas recogidos en el citado programa electoral del PP, que no van mucho más allá de lo expuesto, el ministro de Defensa, Pedro Morenés, debe superar rápidamente la manida referencia al “sabemos lo que hay que hacer” para iniciar de verdad una acción política consecuente en relación con todo el amplio listado de propuestas que en los últimos años se han venido debatiendo en los círculos de defensa independientes. Entre ellas, y sin agotar por supuesto los temas en cuestión, se incluyen las siguientes:
1. Medidas afectas al órgano central de la Defensa
Texto actual:
2. El Consejo de Defensa Nacional en pleno informará al Rey, a propuesta del Presidente del Gobierno. Cuando el Rey asista a las reuniones del Consejo, lo presidirá.
Texto nuevo:
2. De las reuniones del Consejo de Defensa Nacional se dará cuenta anticipada a Su Majestad El Rey, que podrá asistir y presidirlas, a cuyos efectos lo comunicará previamente al Presidente del Gobierno.
La vigente Ley Orgánica de la Defensa Nacional desdibuja la figura de Su Majestad el Rey dentro del Consejo de Defensa Nacional, de cuyas sesiones sólo recibirá información a propuesta del Presidente del Gobierno y únicamente en relación con las plenarias, quedando al margen de lo tratado en su Consejo Ejecutivo. Su egregia persona, que a tenor del artículo 56 CE ostenta la Jefatura del Estado y su más alta representación, podría quedar por tanto desinformada de las decisiones y medidas que el Consejo de Defensa Nacional pueda adoptar en su ámbito competencial. Y ello con independencia de que el artículo 62.h CE le asigne, además, el mando supremo de las Fuerzas Armadas; potestad que, aún pudiendo entenderse más simbólica que efectiva, se reitera también de forma expresa en el artículo 3 de esta misma Ley Orgánica 5/2005.
El nuevo texto legal que comentamos corregiría la eventualidad de que se produzca tal desinformación, sin necesidad de alterar la organización y funciones del propio Consejo de Defensa Nacional. Conviene tener en cuenta al respecto que dicha formulación se corresponde con lo previsto en el reformado Reglamento del Congreso de los Diputados en relación con la asistencia de su presidente a las reuniones de la Junta de Portavoces.
Con independencia de los aspectos doctrinales y clarificadores del modelo de Fuerzas Armadas y de Defensa Nacional, su optimización presupuestaria imponeuna drástica racionalización estructural y funcional, junto con la supresión de todo lo prescindible dentro del sistema. Criterio que en modo alguno implica reducción de la Fuerza, sino adelgazar la excesiva estructura de Dirección y Apoyo al Mando y eliminar los órganos complementarios inoperantes.
En sucesivas ediciones de la “Newsletter” se irán comentando otras cuestiones de Defensa y Seguridad al hilo de la actualidad y la controversia informativa. De forma más inmediata trataremosla injustificada continuidad bajo mandato del PP de los actuales jefes de Estado Mayor de los tres Ejércitos nombrados en la anterior Legislatura y las prebendas que en relación con su vida profesional activa mantienen dentro de las Administraciones Públicas, con agravios comparativos impresentables e insostenibles.
Adenda
Dos nuevos perfiles biográficos que ilustran las dificultades con las que se abordó la Transición Española en el ámbito militar
Nuestro particular “Quién es quien en Defensa y Seguridad”, cuenta en su base inicial con el perfil biográfico del fallecido teniente general Manuel Gutiérrez Mellado, personaje que durante la denominada “Transición Española” ejerció como vicepresidente del Gobierno y ministro de Defensa.
Esta semana incorporamos en la sección a otros dos militares no menos significativos en aquellos momentos cruciales de nuestra historia más reciente. Se trata de los tenientes generales Manuel Díez-Alegría y José Miguel Vega Rodríguez, quienes también estuvieron a punto de liderar aquel mismo cambio de régimen político en el ámbito castrense.
Con la lectura conjunta de las tres notas biográficas, se podrá establecer al menos una curiosa y quizás sorprendente “visión militar” del tránsito del franquismo al actual sistema democrático, y quizás vislumbrar otro posible devenir político distinto del acontecido, al menos en lo castrense, si ese liderazgo hubiera recaído en alguno de los dos nuevos biografiados.
Por otra parte, recién cumplido el treinta aniversario del 23-F, en la sección de Opinión se publican esta semana dos artículos sobre aquella intentona golpista pero con reflexiones novedosas. Uno, firmado por el coronel Manuel Rey, se titula “23-F: Una fotografía con mensaje”, y el otro, de Fernando J. Muniesa, “Las Fuerzas Armadas y el estigma del 23-F”.
La base documental de Informes incorpora un interesante trabajo titulado “Agente infiltrado, confidente, arrepentido y delito provocado”, firmado por María Ponte, socia-directora de “Fuster-Fabra & Ponte Asociados”, y extraído de la antigua web de GESYP/UGR (Grupo de Estudios sobre Política y Seguridad Internacional), donde se publicó el 13 de julio de 2011.
¡ATENCIÓN!